“Conocer estas patologías en las farmacias es esencial para dar un consejo profesional que responda a las necesidades del paciente”, señala la doctora Alba Gómez en DermoCOFM.
Las consultas capilares interesan a la población y se encuentran entre las más frecuentes en las farmacias y también en el buscador Google, según apuntó la doctora Alba Gómez, directora de la Unidad de Medicina Capilar del Instituto Médico Ricart, en la conferencia que inauguró DermoCOFM, las jornadas de dermofarmacia organizadas por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid que se clausuraron el pasado 5 de octubre.
En su ponencia Actualización en el abordaje de la alopecia: importancia del consejo farmacéutico y criterios de derivación, la dermatóloga repasó los distintos tipos de patologías y los tratamientos disponibles.
Patologías como los problemas del tallo piloso que provocan que el cabello se desprenda con facilidad y otras alteraciones focalizadas en la zona del bulbo; afecciones cutáneas, que incluyen alteraciones de la piel del cuero cabelludo; y alopecias, un trastorno que afecta a la fibra capilar y ocasiona parches redondos de pérdida del cabello que pueden llevar a la calvicie total están entre las más recurrentes en tricología, la ciencia que estudia el cuero cabelludo y del pelo.
Estos problemas de tallo piloso, por ejemplo, pueden dar lugar a un ensortijamiento selectivo del cabello, entre otras alteraciones del tallo. En el caso de los problemas de la piel del cuero cabelludo, lo más típico son los pacientes con escamación, picor, dermatitis seborreica, rosácea o psoriasis con pérdida de folículos por una descamación severa, indicó la doctora Alba.
En el terreno de las alopecias, la especialista hizo hincapié en las alopecias no cicatriciales, donde se daña la raíz del pelo sin destruir el folículo. Entre ellas, citó la alopecia androgenética, como la más común, que afecta principalmente a hombres; la alopecia areata, de origen inmune en la que el propio organismo ataca a la raíz del cabello; y el efluvio telógeno, que produce una alteración del ciclo del crecimiento del cabello. Factores como el estrés, la toma de algunos medicamentos, los déficits de vitaminas o minerales pueden ser algunos de sus desencadenantes.
Igualmente, se refirió a las alopecias cicatrizantes, como la frontal fibrosante, el liquen planopilar, la foliculitis decalvante o la FAPD, donde se produce una pérdida de cabello permanente.
“Conocer estas patologías en las farmacias es esencial para dar un consejo profesional que responda a las necesidades del paciente”, recordó la especialista en Dermatología y Medicina Capilar.
Seguimiento fotográfico del tratamiento
El abordaje básico de la consulta capilar incluye las alergias a medicamentos, otros síntomas como picor o pérdida de pelo en otras zonas del cuerpo, la historia clínica capilar, “no dar por hecho que caída es igual a pérdida capilar, porque no siempre va aparejado, puede haber pérdida, pero sin perder densidad”, explicó.
Otra de las recomendaciones expuestas fue hacer un control fotográfico del tratamiento protocolizado, de las rayas y la coronilla. “El paciente capilar tiene que entender que los tratamientos son de largo plazo”, recordó.
Tecnologías como la tricoscopia permiten obtener imágenes precisas del cuero cabelludo y los folículos para hacer una evaluación objetiva de cuántos pelos tenemos por centímetro cuadrado y llevar a cabo así una monitorización macro y microscópica.
Alopecias androgenéticas y efluvio telógeno: 60 % de los casos
Según el sexo del paciente, la alopecia androgenénica es la patología más prevalente en hombres. Es un problema a raíz del folículo, con sensibilidad aumentada a la testosterona. Se localiza principalmente en la zona de las entradas y la coronilla y tiene una causa hormonal local, determinada por los genes. En las mujeres se observa en el ensanchamiento de la raya del pelo, laterales y zona occipital, con un afinamiento progresivo del cabello y pérdida de densidad.
“Con el tratamiento se puede revertir el proceso de la alopecia y luego mantenerlo”, señaló la doctora, teniendo en cuenta que se trata de una patología cuya evolución es progresiva y crónica.
Más frecuente en las mujeres es la aparición del efluvio telógeno, donde se produce una caída del cabello muy llamativa en un margen de tiempo reducido. Se trata de un cuadro agudo asociado a infecciones, déficits vitamínicos o periodos de estrés o evento traumático, que actúa como desencadenante y que cambia las fases del ciclo capilar. Es una renovación exagerada en muy poco tiempo. “Es importante conocer los tiempos, dos o tres meses desde el acontecimiento estresante; se pide una analítica, pero lo más habitual es el desencadenante y caída de tres meses que se puede prolongar durante medio año; hasta la recuperación hacen falta otros seis meses”, indicó esta especialista.
Estas dos afecciones -alopecia androgénica y efluvio telógeno- están detrás de seis de cada diez consultas.
Otras alteraciones, como la alopecia areata autoinmune, no destruyen el folículo y disponen de tratamientos biológicos. Pueden aparecer en cualquier edad y se estudia una posible asociación con el hipotiroidismo.
La alopecia traccional es más frecuente en pelo afro, por peinados con tracción mantenida en el tiempo, a veces, con influencia de presión o fricción, no cicatricial hasta punto de no retorno, debido a una tirantez mantenida que provoca la pérdida del cabello en la zona.
En cambio, la alopecia frontal fibrosante es una enfermedad autoinmune, que deja cicatriz. Es más frecuente en las mujeres y tras la menopausia, está asociada a la rosácea y patología tiroidea. Entre sus desencadenantes, se encuentran los filtros solares, estrógenos, xenobióticos, cremas antiedad, jabones faciales, si bien no existe una causa clara y se sigue investigando, añadió.
En el caso de la alopecia frontal fibrosante se produce una retracción de la primera línea del pelo, puede estar asociada a pérdida de las cejas, rosácea, manchas en el escote o textura facial rugosa. Los tratamientos indicados buscan evitar la inflamación.
Tratamientos disponibles
Por último, abordó los tratamientos disponibles en el mercado, donde ningún medicamento está aprobado en ficha técnica para tratar la alopecia androgenética femenina, con la excepción de Minoxidil, indicado para tratar la alopecia androgénica de intensidad moderada. Los especialistas recurren a la formulación para mejorar las fases del ciclo capilar, donde la doctora subrayó las precauciones que en la farmacia se deben observar en su preparación para evitar efectos adversos graves o errores en la dosis.
También se refirió a los nutricosméticos, complementos vitamínicos relacionados con la formación del tallo piloso y la estimulación de las fases del crecimiento del ciclo capilar. “Están más orientados a la regeneración que a la caída, en ciclos de dos y tres meses o continuados, se emplean en el efluvio telógeno, el envejecimiento capilar o la alopecia androgénica”, señaló.
Otras opciones terapéuticas apuntadas, donde no llega el tratamiento médico, son la toxina botulínica y el trasplante capilar, donde se extraen las unidades foliculares sanas para trasladarlas donde hace falta.
Finalmente, ofreció consejo para abordar las causas de la caída capilar, donde lo más probable es el efluvio telégeno, con criterio de derivación si las áreas de alopecia son visibles durante más de tres o cuatro meses con síntomas asociados; fragilidad capilar, por posible problema de tallo piloso; pérdida de densidad capilar asociada a una alopecia androgénica; y picor del cuero cabelludo y descamación, relacionado en el 95 % de los casos con dermatitis seborreica o psoriasis, pero también con alopecia frontal fibrosante, explicó la doctora.
10 de octubre de 2023